Después de la tempestad
Esta mañana, el duro poniente estaba empeñado en llevarse los toldos de la azotea y ha conseguido, de nuevo, volcar las bombonas de butano, su peculiar manera de demostrar que es fuerte. El sol, desaparecido durante todo el día, ha buscado, por fin, su manera de aparecer en escena. A la caída de la tarde, le ha levantado la falda a las nubes para recordar que las quemaduras y las marcas de las gafas de sol en la cara no son un las cicatrices de un sueño. "¿Alguien tiene crema hidratante?", preguntan en la redacción.
1 comment:
Güena fotooo Chapulin, que guarrete el sol¡¡¡¡
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