CINP: Stromberg, Gillmor y Zarzalejos
Karl Stromberg era un malo malísimo de una de las de James Bond, -exactamente la de 'La Espia que me amó'-, que vivía bajo el agua en una base submarina fantástica, a todo lujo. Por las ventanas de su salón se veían los fondos marinos, ese paraíso en que que quería refundar la Humanidad, convirtiendo a todos en fuuristas 'nemos'.
Los primeros ponentes del CINP tienen un aire de Stromberg por tres cosas fundamentales:
-Tienen un acuario detrás de la espalda y por detrás de sus cabezas pensantes pasan tiburones.
-Creen en una utopía.
-Del suelo de las redacciones les separa un abismo que se adivina insalvable.
Dan Gillmor ha sido sin duda, el más esperanzador, como un Stromberg de buenas intenciones, un bendito visionario de un periodismo en el que se cuelan por la puerta de grande todos los ciudadanos, creadores de 'mashups' de la recombinación de elementos para obtener algo nuevo. En su opinión, el fallo de los medios tradicionalmente, "no haber escuchado lo suficiente", todo esto teniendo en cuenta -añado- que escuchar no es lo mismo que cotillear. El horizonte de comunicación que se abre ante nosotros como un caleidoscopio multimedia de colaboraciones ciudadanas de Gillmor es rosa fucsia. Allí "cabe menos la mentira", los lectores saben más queel que escribe, se reduce el fraude informativo y, si lo hay, es porque el lector no se pregunta suficiente aquello de "¿será esto cierto?".
Ha sido verdaderamente brillante este Gillmor, aunque aún no sé cómo le voy a convencer de todo esto a mi redactor jefe: "Mira, Manolo, es que he escuchado que hay que hacer esto..." ya veremos.
José Antonio Zarzalejos ha sido un Stromberg más duro, más conservador en cuanto a la defensa del papel, que no morirá "si sabe adaptarse a los cambios". Esa adaptación supone, en su opinión: -dejar de ser resúmenes del día anterior y procurar descubrimientos infomativos.
-revisar la formación de los profesionales provenientes de todas las titulaciones. Divulgadores rigurosos pero accesibles. Invertir en el talento, el único valor añadido que pueden ofrecer los periódicos.
-interesarse por la recepción de la opinión del lector.
Y digo que Zarzalejos fue Stromberg a su manera, porque llevo un rato dándole vueltas y aún no sé cómo se concilia lo del talento, la divulgación, formación y reflexión en un periódico tradicional con cuenta de resultados asediada y, a su juicio, "un redactor por mil lectores". Intentaré buscarle la solución al problema matemático-filosófico y explicárselo a la becaria, aunque creo que también será difícil.
Ojo: Periodismo Ciudadano propone a Gillmor en directo. Muy recomendable. Ánimo chavales.
Foto: de Rosa, again.
3 comments:
Muy bueno el simil con el malo de James Bond...¿pero no terminaba siendo comido por los tiburones? Creo que tendrán que tener más miedo de algunos los tiburoncitos que hay delante...
Si, es cierto, acababa devorado, creo, y sus tiburones tenían un trapio que no veas
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