Una boquita 'prestá'
Inmersos en una profesión donde abundamos los torpes, sus dedos tienen 'reprise' suficiente para dejarte sentado con una entradilla rematada en veinte segundos. Ecléctica como su prêt-à-porter, empática entre la lágrima y la carcajada, de risa tan fácil como su verbo, abraza mejor que Mimí y es más coqueta que Musetta. El cóctel humano de Fátima Vila se mueve entre cloratita periodística y su cariño suave de angora, entre Radicala Pérez y una Marylin de Cádiz; el destino oscuro de la copla en versión nuevas tendencias y la sonrisa franca de una niña en la que cabemos todos.
Ella siempre dice que se calla "pero niño, hay que tener una boquita prestá". Ahora ya la tiene, en forma de blog. Tengo el placer de presentarles a una de las mejores teclas de Andalucía. Disfrutenla.
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