Jaime Pablo Romero

Toda persona tiene una junta de amigos a los que se les consultan las decisiones importantes . Siempre. Y lo que dicen va a misa. Un día me hicieron ver que para mí había cuatro personas, cuatro que, a mi entender, siempre tenían la razón –si ellos dicen algo es que es así; y no hay más que hablar–. El sólo hecho de que lo hubieran dicho alguno ellos le otorgaba a una declaración un sello de máxima verosimilitud, de verdad total. Uno de ellos es Jaime Pablo Romero. Y además, tiene razón:

Creo que también es de persona sensata, sería y de hombría, el no tratar de alargar las cosas cuando no se pueden. Una de las cosas que los toreros antiguos tenían muy claro, es que cuando su capacidad física no le permitía, se quitaban dignamente de los toros y se retiraban a hacer otra vida. Hoy ni eso se tiene en cuenta, tratamos de alargar las circunstancias, aunque sea renunciando a muchísimos principios y muchísimas virtudes. Bueno, a mí me tocó cortar la cabeza, creí que era el momento, no estaba dispuesto a bajarme los pantalones, no estaba dispuesto a aceptar muchas de las imposiciones, que si las hubiera aceptado me hubieran permitido alargar la vida de la ganadería, pero creo que perdía otras y si hay que cortar se corta y no pasa absolutamente nada. Sigo viviendo felicísimo, las personas que me quería, me siguen queriendo y las que no me querían pues lo mismo. Yo ni he conseguido más y ni he conseguido menos. La vida no me ha cambiado fundamentalmente salvo en una cosa, que mi mundo es el campo y mi vida el mundo del toro. + en Desdelcallejon.com

+ Vía | Toro, torero y afición