Friday, August 25, 2006

Tuiiiiiiiiiiii..... Tuiiiiiiiiiiiiiii..... Tuiiiiiiiiiiii....


Si aparece John Wayne en la pantalla –sombrero ligeramente ladeado, camisa rosa y cartuchera–, ellas desenfundan. «Estás muerto forastero», porque es una peli de vaqueros y es antigua; dos condiciones para ser un rollo. Y tú eres infantil y simple, y vuelve con tu madre, chaval, porque te pirras puerilmente por Duelo en OK Corral. Estás jodido, majo. Ni vaqueros, ni caballeros, ni tanques, ni benhures ni, por supuesto, submarinos, «con ese tuiiii! tuiiiii! de las narices que me tiene loca toda la tarde».
Existen dos modelos de enemigas del entretenimiento para cerebros masculinos. La primera es furibunda talibán contra lo que, según ella, es rancio. No soporta el blanco y negro, si no es para el minimalismo del salón: un sofá negro en 350 metros de solar. Acostumbrada a que sus pensamientos navegue entre lo último en tendencias, lo zen, el feng shui, Jimmy Choo y tosusmuerto en patinete, es incapaz de aceptar que alguien alucine con las cintas coloreadas, las caras rosas de los pistoleros o el beige agresivo de un oficial del ejército japonés: Tora! Tora! Tora! Sólo se libran las antigüedades de Mujercitas o Lo que el viento se llevó. Ella prefiere el entretenimiento molecular de estética refinada y el estúpido buen rollito ocurrente de Friends y continuadores.
El otro grupo está tan enfrascado en lagrimeos de sobremesa, amores de paparazzi, milas ximénezes y demás amarilleos –las inversiones publicitarias de productos femeninos no suelen mentir– que no es capaz de entender una peli sin tías, celos, cuernos, ni destinos desesperados, si no es algún morreo golfo a una cabaretera. Una de estas me dijo que a Master&Commander le faltaba una historia de amor y que por eso no le gustaba. «¿Amor a bordo de una máquina mortal concebida para enviar almas al cielo?».
Ellas son demasiado listas. ¿Cómo, si no, podrían no comprender el deleite simple y básico de ver a Gilberto Rolando –eterno guaperas de segunda–, en 'Bandido', haciendo de Coronel Escobar junto a Robert Mitchum convertido en socarrón mercenario y traficante de armas americano que va a la guerra en taxi?

Toda caricatura esconde la realidad. Y este artículo es una caricatura, real. Concretamente una pelea sobre los gustos de hombres y mujeres sobre la televisión. Mi contrincante era Rocío heredia, mucho más guapa que yo y conocida en Cádiz y Londres como 'La editora voladora'. Sin su permiso reproduzco su artículo. Dice así:

INVADIDOS POR LA TELERREALIDAD

El cotilleo es algo muy nuestro, es verdad. Pero tanto de unas como de otros. Es lo bueno que tiene la televisión de hoy en día, que desde la invasión de los reality ha demostrado lo que ya intuíamos: a los hombres les va el fisgar tanto como a nosotras, y poco a poco van perdiendo la necesidad de disimularlo.
Eso explica el éxito arrollador de los llamados programas de telerrealidad, que nos permiten meter las narices en espacios antes inexplorados. Se nos abrieron las puertas de la habitación del vecino y pudimos escuchar sus conversaciones y participar en sus conflictos personales. ¿Qué puede haber más interesante que ver en tiempo real cómo se tiran los trastos los de al lado? Las grandes cadenas de televisión han captado el mensaje y no dejan de sacar punta al formato estudiando sus infinitas posibilidades. Lo último es un reality para niños lanzado por Nickelodeon que se llama Let’s Just Play Go Healthy Challenge (algo así como Juguemos al Reto de ser Sanos, aunque con ese nombre en este país sólo lo verían las abuelas) y aborda el sentido de culpa de los norteamericanos para que pongan freno a la epidemia de la obesidad infantil. Quizá sea porque ser mujer está hoy mejor visto que nunca o porque la telenovela se ha renovado, acercándose al género de la teleserie de humor (véase Yo soy Betty la Fea, a punto de mutar al inglés como I am Betty the Ugly). Los tiempos en que había que esconder el pañuelo después de derramar ríos de lágrimas con Jeanette Rodríguez en Cristal han quedado muy atrás. ¿A quién no le suena Machos, la novela chilena que batió todos los récords hace dos veranos?
Los hombres, tienen ahora más fútbol que nunca. Con la liga, la Eurocopa, la Supercopa y la Megacopa, están servidos siete días a la semana. Y la verdad es que es una suerte, porque se evitan el mal rato de consultar la programación y descubrir que las únicas opciones son Ankawa, Lo Mejor de Menuda Noche y ¿Dónde estás, corazón?
Por citar tres ejemplos.

EN LA IMAGEN, GILBERT ROLAND.

No comments: